miércoles, 4 de febrero de 2015

TINTO COTIDIANO.

Experiencia, huellas y marcas que se desvanecen Con la noche, lejos de un recuerdo donde se recupera La tranquilidad mítica. Las arrugas se convierten en calles Y dan lugar a grandes festines, es allí donde lo habitual Y perceptivo recuerda cada paso recorrido. La expresión insinúa que cada recuerdo se repite a diario Y la invitación a habitar otro tiempo se convierte en motivo de tranquilidad, ese camino largo y tortuoso está quedando atrás. El tiempo no es tiempo cuando no es experiencia.
Texto: Mariana Alzate.