Experiencia, huellas y marcas que se desvanecen Con la noche,
lejos de un recuerdo donde se recupera La tranquilidad mítica.
Las arrugas se convierten en calles Y dan lugar a grandes festines,
es allí donde lo habitual Y perceptivo recuerda cada paso recorrido.
La expresión insinúa que cada recuerdo se repite a diario
Y la invitación a habitar otro tiempo se convierte en motivo de tranquilidad,
ese camino largo y tortuoso está quedando atrás.
El tiempo no es tiempo cuando no es experiencia.
Texto: Mariana Alzate.

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